BIRF (IBRD): funciones, servicios y gobierno del Banco Mundial

Última actualización: octubre 5, 2025
  • El BIRF financia y asesora a países con capacidad crediticia para reducir pobreza y elevar productividad.
  • Su modelo combina préstamos, garantías y gestión de riesgos con conocimiento técnico aplicable.
  • Gobernanza internacional: votos por pertenencia y por acciones; Junta y Directorio operativo.

Banco Internacional Reconstrucción y Fomento

Hablar del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), conocido en inglés como International Bank for Reconstruction and Development (IBRD), es adentrarse en una institución clave del desarrollo global. Nació para impulsar la reconstrucción tras la guerra y hoy combina financiación, conocimiento y asesoría para apoyar a los países con capacidad crediticia. Esta misión, aunque suene técnica, tiene una traducción muy tangible: mejorar vidas, reducir la pobreza y crear oportunidades sostenibles allí donde más falta hace.

A grandes rasgos, el BIRF es uno de los pilares del Grupo Banco Mundial y opera con un enfoque muy pragmático: presta, garantiza y gestiona riesgos financieros para los Estados, y al mismo tiempo ofrece servicios de conocimiento que ayudan a diseñar mejores políticas públicas. Su señal de identidad es la solidez financiera (rating AAA desde hace décadas) y una red de gobernanza internacional donde los países son, a la vez, accionistas y clientes. Puede sonar paradójico, pero precisamente esa doble condición explica su tracción y su alcance.

Qué es el BIRF y por qué importa

El BIRF es una de las cinco instituciones que integran el Grupo Banco Mundial y pertenece a 189 países miembros. Su objetivo cardinal es impulsar el desarrollo económico en naciones de ingreso mediano y en países de ingreso bajo con capacidad de pago, ayudándoles a financiar proyectos productivos y reformas de calado. Además de canalizar préstamos y garantías, ofrece productos de gestión de riesgos y asesoría estratégica, de forma que los gobiernos puedan tomar decisiones más sólidas y con respaldo técnico.

Su origen se remonta a los acuerdos de Bretton Woods de 1944, en el marco de la reorganización financiera y monetaria internacional que siguió a la Segunda Guerra Mundial. En aquellos primeros años, el énfasis estuvo en la reconstrucción europea; después, la institución pivotó con rapidez hacia inversiones de infraestructura y proyectos de desarrollo por todo el planeta, manteniendo siempre su rol de catalizador de capitales privados y públicos.

Un rasgo determinante del BIRF es que se financia principalmente en los mercados internacionales de capital, donde goza de la máxima calificación crediticia (AAA). Eso le permite captar recursos a un coste muy bajo y trasladar ese beneficio a sus prestatarios en forma de condiciones favorables. Desde su creación, ha concedido una cifra superior a los 500.000 millones de dólares en préstamos orientados a aliviar la pobreza e impulsar la productividad.

El vínculo con los países de ingreso mediano

Los países de ingreso mediano (PIM) ocupan un lugar central en la estrategia del BIRF: son motores del crecimiento global, concentran gran parte de la inversión en infraestructuras y absorben exportaciones tanto de economías avanzadas como de países de bajos ingresos. Aun así, en ellos vive más del 70% de la población pobre del mundo, a menudo en áreas con difícil acceso a financiación y servicios.

El BIRF se relaciona con los PIM como clientes y accionistas, ofreciendo una combinación de recursos financieros, conocimiento y servicios técnicos. Este acompañamiento es especialmente valioso cuando surgen shocks externos (crisis económicas, conflictos, migración forzada, pandemias o cambio climático) y cuando los desafíos evolucionan con rapidez. En esas coyunturas, el BIRF responde con productos financieros innovadores y foros globales de alto nivel.

Un foco específico recae en los países de ingreso mediano bajo, especialmente aquellos que se están graduando de la AIF (Asociación Internacional de Fomento) hacia el BIRF. La intención es que los saltos en desarrollo no sean un espejismo, sino que se consoliden con prosperidad inclusiva y con resiliencia frente a riesgos fiscales, climáticos o sociales.

Servicios del BIRF: financiación y conocimiento que suman

El BIRF proporciona préstamos, garantías y productos de gestión de riesgos (como coberturas de tipos de interés o moneda), además de una poderosa batería de servicios de conocimiento y asesoría reembolsable a gobiernos nacionales y subnacionales. Se involucra desde el diseño hasta la ejecución de proyectos, transfiriendo lecciones globales y asistencia técnica a cada etapa del ciclo.

Entre sus servicios emblemáticos figuran la gestión de la deuda pública y la gestión de activos, apoyando a ministerios de finanzas, bancos centrales y organismos de desarrollo a fortalecer su capacidad institucional y a proteger su posición financiera. El BIRF también acompaña reformas para mejorar la gestión financiera pública, desatascar la provisión de servicios y afinar el clima de inversión.

Una característica importante es el principio de subsidiariedad: el BIRF evita financiar si existe otro prestamista (público o privado) dispuesto a hacerlo en condiciones razonables. Así, su intervención se reserva para cerrar brechas de mercado, aportar innovación financiera o complementar el financiamiento con valor añadido técnico.

  • Préstamos y garantías: condiciones competitivas, foco en productividad y sostenibilidad.
  • Productos de riesgo: coberturas y estructuras para estabilizar presupuestos frente a shocks.
  • Servicios reembolsables: asesoría estratégica y técnica alineada con prioridades nacionales.

Datos institucionales clave

La institución tiene su sede en 1818 H Street, Washington D.C. (Estados Unidos). El sitio oficial para conocer con detalle su naturaleza y operaciones es: www.bancomundial.org/es/who-we-are/ibrd. De acuerdo con la información recibida, la presidencia se atribuye a David Malpass (EE. UU.) en el periodo citado por las fuentes.

España participa activamente en la gobernanza del BIRF y comparte “silla” en el Directorio Ejecutivo con México, Venezuela y otros países de Centroamérica; además, rota en el puesto de Director Ejecutivo con México y Venezuela. El Directorio tiene 25 circunscripciones (sillas), de las que cinco corresponden a los mayores accionistas (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido) como sillas de país único.

España en el BIRF

En términos de capital y voto, a 21 de enero de 2020 España contaba con una suscripción del 1,99% de capital y un poder de voto del 1,91%. Además de su participación en capital, España contribuye a la AIF, apoya la Iniciativa Multilateral de Alivio de la Deuda (MDRI) con un compromiso de 550,99 millones de euros (1,99%) entre 2006 y 2044 y realiza aportaciones a fondos fiduciarios.

En los órganos de gobierno, el Ministro de Economía, Comercio y Empresa actúa como Gobernador por España, y el Secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa como Gobernador Alterno. El Directorio Ejecutivo reside en Washington, y allí se articulan las decisiones operativas diarias que influyen sobre la cartera de proyectos y la asignación de recursos.

Recursos financieros, calificación y flujos

El BIRF obtiene la mayor parte de sus fondos en los mercados financieros globales. Su calificación AAA, consolidada durante años, le permite captar a tipos muy competitivos y prestar en condiciones que muchos países no conseguirían por sí solos. Gracias a esa eficiencia financiera, el BIRF cubre gastos operativos del Grupo Banco Mundial y transfiere recursos a la AIF para sostener intervenciones en países más pobres.

Esta arquitectura garantiza que las inversiones del BIRF tengan una doble función: por un lado, financian proyectos y reformas nacionales; por otro, refuerzan el propio ecosistema del desarrollo internacional. La institución ha concedido ya más de 500.000 millones de dólares en préstamos desde su fundación, con una fuerte impronta en infraestructura, servicios básicos, capital humano, competitividad y sostenibilidad ambiental.

Organización y funcionamiento del BIRF

El Banco está gobernado por una Junta de Gobernadores (un Gobernador y un suplente por país), que concentra las facultades esenciales. Esta Junta se reúne al menos una vez al año y puede delegar una parte muy amplia de competencias en los Consejeros Ejecutivos, que se ocupan de la gestión ordinaria y continua de las operaciones desde la sede.

En la estructura de voto, cada miembro dispone de 250 votos más un voto adicional por cada acción de capital (valor nominal de 100.000 dólares). Esta regla combina un componente básico por pertenencia con una ponderación por participación accionarial. El BIRF cuenta también con un Presidente (elegido por los Consejeros Ejecutivos), personal técnico internacional y un Consejo Asesor, donde están representados intereses bancarios, comerciales, industriales, laborales y agrarios.

Como señalan algunas fuentes, la elevada participación de determinados accionistas —en especial Estados Unidos— influye de manera significativa en la orientación de la institución. Este punto es relevante para comprender el equilibrio entre la gobernanza accionarial y el mandato de desarrollo que guía las decisiones del Banco.

Marco jurídico: el Convenio Constitutivo del BIRF, explicado

El BIRF se rige por su Convenio Constitutivo, cuya versión en español puede consultarse en este enlace oficial: descargar el PDF. A continuación, se sintetizan sus principales disposiciones —respetando la estructura y las materias cubiertas— para ubicarlas de forma clara y práctica.

Artículo preliminar y Artículo I (Fines)

El Convenio crea el Banco y define sus fines: (i) apoyar la reconstrucción y el fomento de los países miembros; (ii) promover la inversión privada exterior mediante garantías o participaciones y complementar, cuando falte, con financiación propia; (iii) fomentar el crecimiento equilibrado del comercio internacional y la estabilidad externa vía inversiones productivas; (iv) priorizar proyectos útiles y urgentes, ajustando su cartera a la de otros prestamistas internacionales; y (v) ponderar los efectos macroeconómicos de la inversión, en especial en la transición de economías de guerra a paz.

Artículo II (Miembros y capital)

Establece la condición de miembros fundadores (vinculados al FMI) y las reglas de admisión posteriores. Fija un capital autorizado original de 10.000 millones de dólares, dividido en 100.000 acciones de 100.000 dólares, suscritas por los miembros. Define suscripciones mínimas, ampliaciones de capital por mayoría cualificada, emisión a la par (con excepciones), pagos en oro/dólares y moneda local, mantenimiento del valor de las monedas en poder del Banco, limitación de responsabilidad al capital no desembolsado y la no transferibilidad de las acciones salvo al propio Banco.

Artículo III (Préstamos y garantías: principios)

Determina que los recursos se usen en beneficio de los miembros, equilibrando reconstrucción y fomento, con atención especial a países devastados por la guerra en sus primeras etapas. Regula la relación con los miembros (a través de tesoro, banco central u organismo similar), el límite de exposición (no superar el 100% de capital suscrito, reservas y excedentes) y las condiciones para garantizar o conceder préstamos: garantía soberana cuando proceda, inexistencia de financiación alternativa razonable, informe técnico favorable, precios y plazos apropiados, atención a la capacidad de pago del prestatario y retribución adecuada al riesgo. El Banco vigila el uso específico de los fondos y su aplicación a los fines convenidos.

Artículo IV (Operaciones)

Prevé tres vías: préstamos directos con fondos propios o captados, y garantías a préstamos de inversores privados. Establece la aprobación del país cuyo mercado o moneda se utilicen para captar fondos, y regula la disponibilidad/transferibilidad de monedas, el suministro de divisas para gastos asociados a proyectos, condiciones de pago (intereses, comisiones, amortización) y flexibilidades temporales si un miembro sufre escasez aguda de divisas. Crea una Reserva Especial alimentada por comisiones, define cómo afrontar incumplimientos (tirando de reservas y, si es necesario, llamamientos de capital exigible) y prohíbe la injerencia política, señalando que las decisiones deben basarse en criterios económicos.

Artículo V (Organización y administración)

Detalla la estructura (Junta de Gobernadores, Directorio Ejecutivo, Presidente y personal), el sistema de votación (250 votos más uno por acción), el funcionamiento del Directorio, las comisiones técnicas de préstamo, las relaciones con otros organismos internacionales, la localización de la sede (en el país con mayor número de acciones), las oficinas regionales y las depositarias (bancos centrales u otros). Obliga a publicar informes financieros periódicos y regula la distribución de beneficios tras dotar reservas.

Artículo VI (Retirada y suspensión)

Regula el derecho a retirarse, la suspensión por incumplimiento, el vínculo con el FMI (pérdida automática de la membresía en el BIRF salvo dispensa), la liquidación de cuentas con ex miembros, y la suspensión de operaciones y liquidación de obligaciones en caso de cierre. Precisa el orden de prelación frente a acreedores y el reparto del activo entre miembros una vez satisfechas las deudas.

Artículo VII (Estatus, inmunidades y privilegios)

Otorga personalidad jurídica plena, inmunidad de jurisdicción (con excepciones), inviolabilidad de archivos, exención de restricciones para operar, privilegios tributarios sobre activos, ingresos y operaciones, e inmunidades y facilidades para gobernadores, directores, funcionarios y empleados. Los miembros deben adoptar las medidas internas necesarias para hacer efectivos estos principios.

Artículos VIII a XI, y Anexos

El Artículo VIII regula las enmiendas (mayorías reforzadas y, en ciertos casos, unanimidad). El IX establece el sistema de interpretación del Convenio (Consejeros Ejecutivos y, en su caso, Junta de Gobernadores; arbitraje para controversias con ex miembros). El X prevé la aprobación tácita cuando se requiera consentimiento previo y no haya oposición en plazo. El XI fija la entrada en vigor, firma, comunicaciones, primer funcionamiento del Banco y cuestiones transitorias.

El Anejo A recoge las suscripciones iniciales (con un total de 9.100) por países, y el Anejo B describe la elección de los Consejeros Ejecutivos (votación por gobernadores, umbrales mínimos de votos —por ejemplo, 14%— y rondas sucesivas hasta cubrir los puestos).

Actividades y ejemplos históricos de impacto

La actividad del BIRF ha transitado desde la reconstrucción posbélica hacia el desarrollo sostenible en amplios frentes: infraestructura, ciudades, agua y saneamiento, educación, salud, empleo y formación, adaptación climática y transición energética, entre otros. Cuando el Plan Marshall tomó el relevo de la reconstrucción europea, el Banco redobló su foco en proyectos de infraestructura a escala global.

Entre hitos ilustrativos destacan una línea ferroviaria entre Sarajevo y Ploče (Yugoslavia) financiada en 1965, la construcción de un embalse en São Paulo (1973) que mejoró el abastecimiento de agua y saneamiento —y que se inscribe en los primeros préstamos ambientales—, o el proyecto de 1980 en Corea para capacitación profesional de la fuerza laboral. Ya en el siglo XXI, se reforzó el enfoque de desarrollo impulsado por la comunidad, con atención a población vulnerable y a la lucha contra el cambio climático, en sintonía con los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Estos casos ilustran una lógica de intervención que combina financiación y conocimiento aplicado, con soluciones hechas a medida para elevar la productividad, los servicios y la resiliencia social y ambiental. No es poca cosa: en muchos contextos, el BIRF ayuda a destrabar cuellos de botella históricos mediante políticas públicas basadas en evidencia.

Cómo se articulan préstamos, garantías y monedas

El andamiaje operativo del BIRF cuida mucho la coherencia entre riesgos y plazos. Por ejemplo, al garantizar un préstamo de terceros, el Banco cobra una comisión por el riesgo asumido (con límites y reglas históricas en sus primeros años), y alimenta con esas comisiones una Reserva Especial. En los préstamos directos, acuerda monedas de pago, tipos de interés y calendarios de amortización adecuados al proyecto, con cláusulas para lidiar con escasez de divisas temporal.

En el plano monetario, el Convenio determina cómo se usan las monedas que los miembros aportan, cuándo se requiere aprobación del país emisor, y cómo se pueden cambiar por otras divisas u oro para atender intereses, comisiones y amortizaciones. Todo ello evita descalces innecesarios y reduce tensiones en la balanza de pagos de los prestatarios.

Gobernanza, transparencia y reglas de información

El BIRF publica un informe anual con estados financieros auditados y difunde estados resumidos trimestrales, además de informes temáticos cuando conviene. Esta disciplina de reporting no es un formalismo: ofrece a los miembros y a los mercados señales de solvencia, riesgo y prioridades, lo que sostiene su calificación AAA y su capacidad de movilizar capital a gran escala.

En cuanto a la toma de decisiones, la Junta de Gobernadores se reserva materias críticas (admisión de nuevos miembros, cambios de capital, suspensión, cooperación con otros organismos, distribución de excedentes, cierre), mientras que el Directorio Ejecutivo gestiona el día a día, evaluando proyectos y operaciones con el apoyo de comisiones técnicas que emiten dictámenes periciales antes de aprobar un préstamo o una garantía.

Relación con otras instituciones internacionales

Desde su creación, el BIRF coopera con organismos internacionales de carácter general y con agencias especializadas en campos afines. En operaciones que inciden en el ámbito de otro organismo internacional —y en las que los miembros del Banco tengan participación principal—, el BIRF presta especial atención a sus opiniones y recomendaciones. Este diálogo institucional coordina agendas, reduce duplicidades y escala el impacto.

Una nota sobre subsidiariedad y enfoque anticíclico

El principio de subsidiariedad es parte del ADN del Banco: si existe un financiador dispuesto a cubrir un proyecto en condiciones razonables, el BIRF no entra. Ahora bien, cuando aparecen señales de estrés (macro, fiscal, social o ambiental), la institución tiende a desempeñar un papel anticíclico, ampliando apoyo financiero y técnico, y ofreciendo foros globales para que los países compartan soluciones y coordinen respuestas.

En épocas de crisis, esta combinación —financiación en buenas condiciones y conocimiento contrastado— puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida o una espiral de fragilidad. Y aquí la experiencia acumulada a lo largo de décadas actúa como un activo intangible que se traduce en resultados concretos.

Quien quiera profundizar en el detalle legal y operativo dispone del Convenio Constitutivo en español, accesible en el vínculo oficial citado más arriba. Este corpus normativo, junto con la práctica institucional, ayuda a entender por qué el BIRF sigue siendo un socio clave para países con capacidad crediticia que buscan avanzar de forma sostenida hacia un desarrollo más próspero e inclusivo.

El BIRF es un engranaje central del desarrollo internacional: convierte credibilidad financiera en oportunidades reales a pie de obra, ayuda a ordenar políticas, acelera reformas y, cuando toca, actúa como red de seguridad. Su lógica de intervención, sus reglas de gobernanza y su vocación de cooperación le otorgan un papel difícil de sustituir en un mundo que necesita más inversión productiva, mejores servicios públicos y resiliencia frente a shocks.