- El giro define la actividad económica principal de la empresa y su rol en la cadena de valor.
- Existen tres giros base (industrial, comercial y servicios) con subcategorías y múltiples ejemplos.
- El objeto social y su actualización son críticos para cumplir, licitar y evitar sanciones.
- Diferenciar actividad principal, secundaria y auxiliar mejora control, estrategia y reporte.
Hablar del giro de una empresa es hablar de la actividad económica que define su razón de ser, el terreno en el que compite y la manera en la que genera ingresos. Aunque el mundo de los negocios pueda parecer un laberinto, este concepto ayuda a ordenar las piezas y entender qué hace cada organización dentro del mercado.
Más allá de las etiquetas, el giro empresarial sirve para clasificar qué produce, vende o presta una compañía, y cómo encaja en la cadena de valor. Esta clasificación no es estática: cambia con la tecnología, con las necesidades del cliente y con el propio crecimiento del negocio, lo que obliga a revisar y, si hace falta, ajustar el objeto social y las operaciones para no quedarse atrás.
¿Qué es el giro de la empresa?
El giro de la empresa es el tipo de actividad económica que desarrolla una organización para obtener beneficios. Incluye el ciclo que va desde la inversión en recursos y personas hasta la obtención de ingresos por la comercialización de lo producido o lo prestado, según el mercado donde opere.
En pocas palabras, se trata de la dedicación principal de la empresa: fabricar bienes, vender productos de terceros o prestar servicios. Y ojo, una misma entidad puede combinar varios giros, siempre que diferencie entre actividad principal, secundaria y auxiliar para gestionar y reportar correctamente.
Este concepto no existe en el vacío: responde al desarrollo social y tecnológico de cada país y a cómo evolucionan los sectores productivos. Por eso, la relevancia de uno u otro giro varía según la región, las regulaciones y las oportunidades del mercado.
Tipos de giro empresarial
Tradicionalmente se agrupan en tres grandes bloques: industrial, comercial y de servicios. Desde ahí, se derivan subcategorías y ejemplos concretos que permiten encajar casi cualquier modelo de negocio.
Giro industrial
Corresponde a las empresas que transforman materias primas o semielaboradas en productos terminados o intermedios. Pueden vender al consumidor final (bienes de consumo) o a otras empresas (bienes de producción), encajando en distintos eslabones de la cadena.
Agropecuarias
Se dedican a agricultura, ganadería y pesca para proveer alimentos y materias primas. Por su naturaleza, son claves para el abastecimiento y la seguridad alimentaria.
Manufactureras
Transforman insumos en productos elaborados o semielaborados, como automóviles, pinturas, ladrillos o mobiliario. Actúan como pieza intermedia o final de la producción según el destino del bien.
Extractivas
Extraen recursos naturales no vivos: minería metálica y no metálica, petróleo y generación de energía. Aportan materias críticas para el resto de industrias, con dinámicas propias de sostenibilidad y regulación.
Giro de servicios
Aquí no se comercializa un bien tangible, sino una actividad que aporta valor al cliente. Puede ir dirigida a personas o a otras empresas: educación, salud, ocio, transporte, telecomunicaciones, banca, entre otros.
Por su naturaleza, es el ámbito más flexible y cambiante: surgen servicios nuevos de forma constante para cubrir necesidades emergentes o mejorar procesos ajenos.
Clasificación habitual de servicios
Según su impacto, suelen distinguirse tres grupos: básicos, complementarios y de lujo. Cada uno responde a motivaciones y niveles de necesidad distintos.
- Servicios básicos: suministros indispensables para la vida moderna, como electricidad y agua potable.
- Servicios complementarios: soporte, mantenimiento, selección o mejora de procesos, por ejemplo selección de personal, diseño gráfico o reparación de maquinaria.
- Servicios de lujo: consumo no esencial, como turismo, hotelería de alta gama y entretenimiento premium.
Giro comercial
Intermedia entre productores y consumidores. Su función es acercar la oferta a la demanda, obteniendo un margen por la compra-venta de bienes.
Mayoristas
Compran y venden en grandes volúmenes, normalmente a otros intermediarios o empresas, no tanto al consumidor final.
Minoristas
Venden por unidad y tratan directamente con el cliente final, como tiendas, supermercados o farmacias.
Comisionistas
No adquieren la mercancía en firme: intermedian y cobran una comisión por venta. Su participación en la cadena es menor, pero facilitan el cierre de operaciones.
Actividades dentro de una empresa: principal, secundaria y auxiliar
Una organización puede operar con varios giros, pero debe priorizar según su impacto en ingresos y su rol operativo. Entender esta jerarquía mejora elcontrol, el reporte y la estrategia.
Actividad principal
Es el núcleo del negocio y suele generar más del 50% de la facturación. Si produces cámaras, la fabricación sería tu actividad principal si aporta la mayoría de los ingresos.
Actividad secundaria
Genera ingresos complementarios y tiene un componente exploratorio: puede compensar riesgos diversificando líneas, aunque no siempre sea rentable al inicio. Por ejemplo, impartir cursos para usar tus propias máquinas.
Actividad auxiliar
No crea productos o servicios para vender al mercado, pero sostiene procesos de la principal o la secundaria. Por ejemplo, desarrollar un software interno para mejorar el uso de las cámaras que fabricas, sin comercializarlo.
Liderazgo estratégico y alineación organizativa
Ver la empresa como un sistema ayuda a alinear equipos, recursos y decisiones en torno a una finalidad clara. Sin esta visión, aparecen silos, ineficiencias y pérdida de ventaja competitiva.
Para evitarlo, conviene revisar si cada cadena de trabajo está conectada con la meta global. De lo contrario, unos equipos podrían beneficiarse del esfuerzo de otros sin aportar valor equivalente, erosionando clima y resultados.
Giro comercial: definición y ejemplos útiles
El giro comercial es la actividad económica principal de un negocio en torno a la cual define su especialización y mercado objetivo. Incluye venta al por menor y por mayor, prestación de servicios o manufactura, según el caso.
Ejemplos típicos: tiendas de ropa, distribuidoras de alimentos, servicios de consultoría, limpieza o transporte, y también manufactura como electrodomésticos o productos electrónicos. Incluso actividades primarias como agricultura entran en el abanico según la configuración empresarial.
Marco legal y administrativo (Chile): objeto social, SII y RES
En el contexto chileno, el giro se formaliza como objeto social inscrito ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) y el Registro de Empresas y Sociedades (RES). Esa definición establece qué actividades puede realizar legalmente la empresa y condiciona su clasificación tributaria.
La elección impacta en régimen tributario, imposiciones, compatibilidades en licitaciones públicas y requisitos para licencias municipales. Un giro mal definido puede provocar rechazos de contratos o restricciones administrativas.
¿Cómo saber el giro declarado? Revisa escritura de constitución, extracto legal y registros del RES. Suele aparecer también en facturas, licencias y bases de licitación.
Errores frecuentes al declarar el giro
Hay tropiezos habituales que conviene evitar porque traen complicaciones tributarias o contractuales:
- Elegir un giro demasiado genérico: fórmulas amplias como “servicios profesionales” dificultan demostrar alcance y elegibilidad.
- Incluir actividades no autorizadas por la municipalidad: cada municipio limita giros; sin permiso, no hay patente.
- Omitir actividades reales: si no se declaran, puede fallar la facturación y surgir observaciones en auditorías.
- No actualizar el giro cuando cambia la actividad principal: genera inconsistencias legales con el SII y otras instituciones.
Los bancos y proveedores financieros pueden pedir documentación que acredite el giro para evaluar riesgos y aprobar productos.
Flexibilidad legal: cambiar o ampliar el giro
Para diversificar o entrar en nuevos sectores, se puede reformar la escritura social e inscribir el cambio ante SII y RES. No hacerlo limita la participación en licitaciones y contratos cuyo alcance no figure en el objeto social.
En muchos países, modificar el giro es más ágil y económico que cerrar licencias y constituir una empresa nueva, lo que facilita adaptarse a oportunidades.
Nuevos giros de negocio y transformación digital
La digitalización ha disparado actividades como marketing digital, community management, diseño web y UX. También crecen servicios online educativos y de contenidos, así como modelos híbridos que combinan software y soporte.
Estos giros amplían la oferta del sector servicios y conviven con actividades tangibles, siendo determinante el origen principal de los ingresos para clasificar el negocio.
Ejemplos de giros empresariales
Para aterrizar ideas, aquí tienes un listado representativo de sectores y modelos concretos que ejemplifican cómo se traducen los giros en la práctica:
- Ganadería: cría y comercialización de ganado para alimentos y materias primas.
- Software: desarrollo de programas y apps para múltiples usos y dispositivos.
- Transporte aéreo: aerolíneas que mueven personas y carga con flotas y personal especializado.
- Minería: extracción de minerales como carbón, cobre u oro para abastecer industrias.
- Pesca: captura de especies marinas para su procesamiento alimentario.
- Bienes raíces: intermediación en compra-venta de viviendas, edificios y terrenos.
- Construcción: edificación de viviendas, infraestructuras y obra pública o privada.
- Turismo: paquetes que integran transporte, alojamiento y ocio.
- Telecomunicaciones: acceso a internet y telefonía, con inversión en redes y soporte.
- Metalurgia: transformación de metales en insumos y aleaciones para otras industrias.
- Cinematografía: producción y explotación de películas y productos asociados.
- Edición: publicación y comercialización de libros con servicios editoriales integrales.
- Supermercados mayoristas: venta en grandes lotes a comercios y particulares.
- Agricultura: cultivo intensivo de alimentos para su distribución comercial.
- Diseño y publicidad: servicios creativos de marca, campañas y activos digitales.
- Electricidad: suministro eléctrico y facturación por consumo, a menudo regulado.
- Agua potable: provisión, potabilización y gestión de aguas residuales.
- Cobranza: gestión y recuperación de deudas mediante acciones especializadas.
- Vigilancia: seguridad privada con personal y sistemas tecnológicos.
- Servicios legales: representación, asesoría y defensa jurídica a empresas y particulares.
Importancia operativa y financiera del giro
Definir bien el giro ayuda a cumplir normativas, tributar correctamente, acceder a licitaciones y cerrar acuerdos con claridad sobre el alcance operativo.
Además, algunos giros exigen garantías adicionales: por ejemplo, actividades con ventas a plazos pueden requerir seguros de crédito para protegerse de impagos, y proyectos con entregas comprometidas suelen demandar seguros de garantía que respalden plazos y calidad.
Recomendaciones prácticas
Para mantener el giro alineado con la realidad del negocio y las exigencias regulatorias, estas pautas son especialmente útiles antes de ofrecer nuevos productos o participar en licitaciones:
- Incluye en el giro todas las actividades que efectivamente realizas.
- Comprueba que tu objeto social permite lo que vas a ofertar o contratar.
- Si amplías actividad, reforma estatutos e informa al SII y al RES.
- Adecúa el giro a las exigencias específicas de concursos públicos.
- Valora garantías y seguros si tu giro conlleva riesgos de ejecución o crédito.
Preguntas frecuentes
¿Se puede cambiar el giro de la empresa?
Sí. Es posible modificar el giro cumpliendo las regulaciones de cada jurisdicción. En muchos casos, es más ágil que cerrar licencias y crear una sociedad nueva, lo que facilita adaptarse cuando cambian mercado o estrategia.
¿Cómo elegir el giro adecuado?
Si empiezas, conviene una definición suficientemente amplia para abarcar actividades principales y complementarias, evitando conflictos con fiscalizadores. También es recomendable valorar el impacto tributario de cada actividad y excluir las que tengan gravámenes altos si no aportarán ingresos relevantes.
Elementos a tener en cuenta
Más allá de números y regulación, pesan factores como originalidad (diferenciación real), pasión (compromiso sostenido) y competitividad (capacidad de superarse con calidad y eficiencia).
Estudia el mercado (demanda, tendencias, competencia) y apóyate en la tecnología: te permitirá conectar con clientes, medir resultados y ajustar la estrategia a tiempo.
Para planificar y evaluar, ayudan herramientas como estados de resultados, planes de negocio, modelo Canvas, planes de trabajo y plantillas de rentabilidad o embudos de ventas; con ellas se clarifica el foco, la propuesta de valor y la viabilidad del giro.
Con todo lo anterior, el giro empresarial deja de ser una etiqueta para convertirse en una brújula: define el terreno de juego, ordena procesos, facilita el cumplimiento y abre puertas a financiación y contratos. Tenerlo claro, revisarlo cuando cambian las circunstancias y alinearlo con la estrategia es la mejor manera de crecer con solidez y sin sobresaltos.