- Los créditos son herramientas financieras versátiles que se clasifican según su garantía y finalidad.
- Es crucial entender la diferencia entre créditos y préstamos antes de solicitar financiación.
- Existen créditos específicos para consumo, hipotecarios, empresariales y más, cada uno con sus propias características.
- Evaluar la tasa de interés, el plazo y los requisitos es fundamental para elegir el crédito adecuado.
Cuando se trata de obtener financiación, ya sea para una necesidad puntual o para emprender un proyecto, los créditos siguen siendo una de las herramientas financieras más utilizadas. Sin embargo, no todos los créditos son iguales, y entenderlos puede marcar una gran diferencia entre tomar una buena decisión o meterse en problemas financieros. Para profundizar en la importancia de conocer los tipos de créditos, es esencial considerar los diversos aspectos de cada opción de financiación.
Desde los préstamos personales hasta los más complejos créditos documentarios, existen múltiples formas de financiación, cada una con sus propios requisitos, ventajas e inconvenientes. En esta guía te explicamos los tipos de créditos más comunes, sus características, diferencias y cuándo conviene optar por uno u otro.
¿Qué es un crédito y cómo se diferencia de un préstamo?
Antes de conocer los tipos, es importante tener claro el concepto de crédito. Un crédito es una operación financiera mediante la cual una entidad pone a disposición del cliente una cantidad máxima de dinero para que este lo use según sus necesidades. A diferencia de un préstamo, donde se entrega todo el dinero de una vez, en un crédito solo se paga interés sobre el dinero utilizado, no sobre el total concedido. Entender estas diferencias es clave para tomar decisiones informadas sobre .
En los préstamos, por el contrario, el importe se entrega íntegramente en el momento de su formalización y se paga con cuotas regulares que incluyen intereses sobre todo el capital recibido. Por tanto, aunque ambos conceptos se usan a menudo como sinónimos, en realidad funcionan de forma distinta.
Clasificación de los créditos según la garantía
Una de las formas más comunes de clasificar los créditos es según la garantía que el cliente aporta. Dependiendo de si se necesita respaldarlos o no, nos encontramos con varias opciones:
Créditos con garantía real
Este tipo de crédito exige una garantía tangible, como una vivienda, un vehículo o cualquier otro bien. Sirve para minimizar el riesgo para la entidad financiera, ya que si el cliente no paga, el banco puede ejecutar la garantía.
- Hipotecas: financiación destinada a la compra de inmuebles. El inmueble actuará como garantía.
- Garantía pignoraticia: donde se usan activos financieros, como acciones o fondos, como respaldo.
Créditos con garantía personal
En este caso, el cliente responde con su patrimonio presente y futuro, pero no con bienes concretos. Es decir, la garantía es la solvencia del solicitante. Para entender bien cómo funcionan estos créditos, es útil conocer los que existen y sus requisitos.
Este es el modelo más común en créditos personales. La entidad evaluará ingresos, historial crediticio y otros factores que demuestren la capacidad de devolución.
Créditos mixtos
Algunos créditos pueden tener tanto garantía personal como real. Por ejemplo, muchas hipotecas requieren que el solicitante tenga ingresos estables además del respaldo del inmueble.
Créditos sin garantía
También conocidos como créditos no asegurados. No requieren ningún bien como respaldo, pero tienen un mayor riesgo para el prestamista, por lo que las condiciones suelen ser más exigentes, con tipos de interés más altos y montos más reducidos.
Tipos de créditos según la finalidad
Una clasificación esencial es la que agrupa los créditos según el objetivo o uso dado al dinero recibido. Esta distinción permite ajustar mejor el producto a las necesidades reales del cliente.
Créditos personales
Diseñados para cubrir gastos no empresariales. Son muy populares porque no requieren justificar el destino del dinero. Los hay para estudios, reformas, viajes, eventos, compra de automóviles, entre otros. Para más información sobre estos tipos de financiamiento, puedes consultar los disponibles.
- Compra de vehículos: financian la adquisición de coches nuevos o usados.
- Estudios: cubren matriculación, materiales o estancias en el extranjero.
- Préstamos para reformas: ideales para quienes desean mejorar o redecorar su vivienda.
- Viajes y eventos: aptos para ocasiones especiales como bodas o vacaciones.
Créditos hipotecarios
Se destinan exclusivamente a la compra de una vivienda o a conseguir liquidez usando un inmueble como garantía. Suelen tener plazos largos y tipos de interés más bajos.
- Hipotecas: financian hasta el 80% del valor de la vivienda.
- Créditos con garantía hipotecaria: permiten usar una vivienda libre de cargas como aval para otras finalidades.
Créditos empresariales o comerciales
Se usan para financiar iniciativas profesionales o negocios. Dependiendo del tamaño y madurez de la empresa, existen múltiples opciones. Asegúrate de conocer todos los disponibles a tu disposición.
- Para capital de trabajo: cubren gastos diarios de una empresa, como sueldos o inventarios.
- Para expansión: permiten adquirir maquinaria, terrenos o lanzarse a nuevos mercados.
- Para startups: pensados para negocios en etapas iniciales, aunque con mayor riesgo.
Fuentes no tradicionales para empresas
- Financiación P2P: conecta directamente a empresas con inversores particulares.
- Crowdfunding y Crowdlending: la financiación proviene de muchos pequeños aportantes, con o sin retorno económico.
- Subvenciones y préstamos públicos: ideales para proyectos de innovación o sostenibilidad.
Créditos al consumo
Son créditos personales destinados a la compra de bienes o servicios concretos. Están regulados por la Ley 16/2011, exigiendo total transparencia por parte del prestamista. Para entender mejor cómo funcionan, es recomendable revisar los que están disponibles en el mercado.
Se caracterizan por tener importes entre 200 y 75.000 euros. El consumidor debe recibir un documento con todas las condiciones del crédito antes de firmar.
Créditos vinculados
En este caso, el crédito está directamente asociado a la adquisición de un bien o servicio. Si se anula el contrato de compra, también se cancela el crédito automáticamente.
Este tipo de crédito protege al consumidor en caso de que el producto o servicio no se entregue en condiciones óptimas.
Créditos rápidos y microcréditos
Ofrecen pequeñas cantidades de dinero para momentos concretos. Su tramitación es ágil y no necesitan mucha documentación, incluso se pueden pedir online. Para más detalles sobre estos productos, consulta los .
Pero cuidado: suelen tener intereses muy altos, alcanzando en algunos casos el 20% o más. Además, a menudo exigen contratar seguros para cubrir posibles impagos.
- Créditos rápidos: importes de hasta 10.000 €, con plazos de devolución de hasta 5 años.
- Microcréditos: montos todavía más pequeños, pero con plazos de devolución muy cortos.
Créditos en línea
Son una evolución de los anteriores, ya que su tramitación se realiza íntegramente por internet. Son muy populares debido a su comodidad y rapidez, aunque es necesario asegurarse de hacerlo a través de plataformas fiables. Para entender mejor cómo solicitar adecuadamente estos productos, es aconsejable revisar los y sus características.
Entre ellos destacan:
- Créditos rápidos online
- Créditos vía crowdlending
Créditos documentarios
Se utilizan principalmente en comercio internacional. El banco actúa como intermediario para garantizar que el vendedor reciba el pago una vez que entregue la documentación correspondiente.
- Revocables: pueden cancelarse antes del pago.
- Irrevocables: no se pueden anular una vez iniciados.
- Confirmados: implican un segundo banco que garantiza el pago.
- A la vista: pago inmediato tras presentar los documentos.
- A plazo: el pago se difiere según lo acordado.
Créditos Subprime
Originarios de EE. UU., están destinados a personas con baja solvencia o riesgo elevado. Como contrapartida, tienen intereses y comisiones muy superiores a los créditos tradicionales. Para conocer más sobre los riesgos asociados a este tipo de crédito, resulta pertinente revisar los y sus implicaciones.
Están en desuso en países como España, pero fueron especialmente conocidos durante la crisis financiera de 2008 al estar vinculados a hipotecas de alto riesgo.
Aspectos clave antes de pedir un crédito
Antes de lanzarte a contratar un crédito, hay varios aspectos que deberías valorar para evitar sorpresas o problemas financieros futuros:
- Tasa de interés: los créditos sin garantía tienden a tener tasas más altas.
- Plazo: a mayor tiempo de devolución, mayor será el coste total por intereses.
- Importe: siempre solicita solo lo necesario; pedir de más eleva innecesariamente el coste financiero.
- Requisitos: desde ingresos mínimos hasta edad o condiciones laborales. Léelo todo antes de firmar.
Elegir bien el tipo de crédito puede marcar la diferencia entre una financiación útil o una carga difícil de llevar. Desde las opciones más clásicas, como préstamos personales o hipotecarios, hasta las nuevas formas de financiación como el crowdlending o los créditos en línea, lo más importante es conocer bien el producto, comparar alternativas y entender todas sus condiciones antes de tomar cualquier decisión económica importante.