- El IDH sitúa a Somalia, Sudán del Sur y RCA entre los peores, con graves crisis humanitarias y de servicios básicos.
- Por PIB per cápita 2025, 19 de los 20 países más pobres están en África Subsahariana; Afganistán es la excepción.
- El IPM y la RNB completan la foto, pero hay fuertes brechas de datos y desigualdad oculta en promedios.
- Gobernanza, estabilidad y apoyo internacional sostienen los avances; UNICEF y ONG refuerzan servicios esenciales.

Actualización de contexto: 04/02/2025. La fotografía global de la pobreza cambia según el indicador que usemos y la fecha del dato. Aquí reunimos, con rigor y en un único artículo, los rankings por Índice de Desarrollo Humano (IDH), por PIB per cápita (previsiones de consenso a 2025) y las nociones clave del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) y de la Renta Nacional Bruta (RNB).
Para situarnos, el IDH del PNUD (con datos referidos a 2022) ordena a los países por esperanza de vida, educación e ingresos; el PIB per cápita mide el valor medio de la producción por persona; el IPM pone lupa en carencias como nutrición, vivienda, agua o electricidad; y la RNB sirve como criterio homogéneo cuando faltan estadísticas, aunque oculta desigualdades internas.
Cómo se mide la pobreza de un país: IDH, PIB per cápita, IPM y RNB
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD mezcla salud (esperanza de vida), educación (años de escolarización) e ingresos en una escala de 0 a 1. Un valor más alto implica mayor desarrollo humano, no solo riqueza.
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), publicado por Naciones Unidas y la Universidad de Oxford, añade privaciones en nutrición, vivienda o acceso a agua y electricidad. Se expresa entre 0 y 1, siendo 0 el estado óptimo; los datos citados más recientes corresponden a 2024.
La Renta Nacional Bruta (RNB) permite comparar países cuando faltan estadísticas finas, pero es un promedio: no muestra brechas de desigualdad. Un país con altísimas rentas para unos pocos puede aparentar más bienestar del que realmente alcanza a la mayoría.
Además, en los países más pobres faltan datos fiables y recientes: el Banco Mundial recoge cifras de pobreza desactualizadas en muchos casos (Eritrea, por ejemplo, tiene datos de 1993). Por eso, la combinación de métricas ayuda a captar la realidad con más matices.
Los 10 con peor IDH (datos de 2022 del PNUD)
Según el último informe del PNUD, la recuperación pospandemia no ha cerrado la brecha entre países ricos y pobres. Esta es la parte baja de la tabla, con valores de IDH y variaciones respecto a 2010 cuando están disponibles.
| Posición | Variación 2010-2022 | País | IDH | Crecimiento 2010-2022 |
|---|---|---|---|---|
| 193 | N/A | Somalia* | 0.380 | N/A |
| 192 | -2 | Sudán del Sur | 0.381 | -0.53% |
| 191 | = | República Centroafricana | 0.387 | +0.67% |
| 189 | +2 | Níger | 0.394 | +1.34% |
| 189 | = | Chad | 0.394 | +0.66% |
| 188 | = | Mali | 0.410 | +0.08% |
| 187 | -1 | Burundi | 0.420 | +0.32% |
| 186 | -5 | Yemen | 0.424 | -1.30% |
| 185 | +2 | Burkina Faso | 0.438 | +1.37% |
| 184 | +1 | Sierra Leona | 0.458 | +0.80% |
*No hay series previas para Somalia en este indicador, de ahí el N/A en variación y crecimiento.
Radiografía de los países con peor IDH
Somalia
Décadas de conflicto y la combinación de sequías extremas e inundaciones han deteriorado servicios básicos y actividad económica. En 2024, la OCHA estimó 1,7 millones de menores de 6 a 59 meses en riesgo de desnutrición aguda (unos 430.000 con probable desnutrición severa), cifras que explican el enorme estrés humanitario.
La persistencia de grupos armados e inseguridad dificulta una gobernanza efectiva y disuade la inversión. Organismos como UNICEF actúan en salud, nutrición, educación y WASH, un salvavidas mientras se busca estabilidad a largo plazo.
Sudán del Sur
Desde 2011, el país más joven del mundo sufre violencia étnica, fragilidad institucional e inundaciones que golpean la producción y el empleo. La depreciación de la moneda y los cortes logísticos agravan la inseguridad alimentaria.
Su economía depende del petróleo, vulnerable a vaivenes de precios y a disrupciones regionales. Se calcula que millones de personas, con especial incidencia en la infancia, necesitan ayuda urgente por vivienda, educación y salud.
República Centroafricana
La presencia de grupos armados y un Estado débil mantienen al país en una espiral de violencia y desplazamiento. A pesar de recursos como diamantes u oro, la población apenas ve beneficios.
Historias como la de familias que caminan decenas de kilómetros en busca de alimento terapéutico ilustran la crudeza del problema. La infancia está expuesta a una de las realidades más peligrosas del planeta.
Níger
Con fuerte dependencia de la agricultura de subsistencia, padece sequía, desertificación e inestabilidad política. El golpe del 26 de julio de 2023 derivó en sanciones, ruptura con la CEDEAO y creación de la Alianza de Estados del Sahel (AES) junto a Mali y Burkina Faso.
La falta de infraestructura educativa y sanitaria y la inseguridad reducen el acceso de niños y niñas a servicios básicos, con consecuencias duraderas en capital humano.
Chad
Similar a Níger en estructura productiva, sufre sequías e inestabilidad regional. La llegada de refugiados desde Sudán tensiona aún más unos servicios ya muy precarios.
Las barreras de acceso a la escuela (distancias, inseguridad, falta de centros) dejan a muchos menores fuera del sistema educativo.
Mali
Arrastra una década larga de conflicto armado desde 2012. Golpes de Estado, retirada de fuerzas internacionales y la reconfiguración regional con la AES han deteriorado la seguridad.
Los servicios esenciales, ya frágiles, viven una crisis sin precedentes por la violencia y la inseguridad en el Sahel.
Burundi
La combinación de pobreza extrema e inestabilidad política se traduce en malnutrición y acceso muy limitado a salud y educación. Las tensiones étnicas e intermitentes crisis políticas siguen presentes.
Enfermedades prevenibles como malaria o diarrea continúan cobrando vidas por la debilidad del sistema sanitario.
Yemen
Único país no africano en el top 10 bajo en IDH, vive una emergencia humanitaria desde 2014. El sistema educativo está devastado; muchas escuelas albergan desplazados o están dañadas.
La malnutrición infantil y materna es crítica y brotes de cólera y diarrea evidencian la falta de saneamiento y agua segura.
Burkina Faso
Entre conflictos armados e inestabilidad (golpes en 2022 y retirada de la CEDEAO), el país afronta desplazamientos masivos y presión sobre servicios públicos.
El acceso a la educación de las niñas ha empeorado, tanto en zonas de conflicto como en comunidades de acogida, por saturación y precariedad de escuelas.
Sierra Leona
Con pobreza generalizada pese a recursos minerales, registró unos 468 dólares de PIB per cápita en 2023, alta dependencia agrícola y desempleo que alimentó protestas en Freetown.
Las secuelas del ébola y la COVID-19 han debilitado la economía; persisten baja esperanza de vida, mortalidad infantil elevada y anemia extensa en infancia y embarazadas.
Los 20 más pobres por PIB per cápita (previsión de consenso 2025)
Aunque el África Subsahariana ha sido una de las regiones que más crecen, el rápido aumento demográfico frena la mejora del PIB per cápita. 19 de los 20 países con menores ingresos medios por persona están en esta región; el único fuera es Afganistán.
| # | País | PIB per cápita 2025 (USD) |
|---|---|---|
| 1 | Afganistán | 434 |
| 2 | Sudán del Sur | 448 |
| 3 | Sierra Leona | 529 |
| 4 | Malawi | 552 |
| 5 | Madagascar | 577 |
| 6 | Rep. Centroafricana | 582 |
| 7 | Burundi | 602 |
| 8 | Mozambique | 668 |
| 9 | Níger | 672 |
| 10 | RD Congo | 708 |
| 11 | Somalia | 729 |
| 12 | Liberia | 806 |
| 13 | Mali | 909 |
| 14 | Chad | 930 |
| 15 | Burkina Faso | 964 |
| 16 | Gambia | 980 |
| 17 | Sudán | 1009 |
| 18 | Guinea-Bissau | 1057 |
| 19 | Ruanda | 1061 |
| 20 | Nigeria | 1063 |
Afganistán (434 USD): décadas de guerra, aislamiento financiero desde 2021, baja productividad agrícola y corrupción frenan inversión y recuperación, pese a algunos proyectos de conexión regional.
Sudán del Sur (448 USD): posconflicto frágil, dependencia petrolera con interrupciones, inflación alta e inseguridad alimentaria; la guerra en el vecino Sudán añade presión.
Sierra Leona (529 USD): secuelas de la guerra civil, mala gestión de recursos y un sistema sanitario vulnerable tras el ébola limitan el despegue.
Malawi (552 USD): agricultura de subsistencia expuesta a El Niño (sequía 2024), poca industrialización y deuda externa tras impago desde 2022.
Madagascar (577 USD): inestabilidad política crónica, deforestación, dependencia de pocos productos (clavos, cobalto, níquel, vainilla) y altos niveles de pobreza extrema.
República Centroafricana (582 USD): conflicto persistente, extracción de recursos con beneficios capturados por actores armados y déficits severos de servicios básicos.
Burundi (602 USD): legado de guerra civil, agricultura de baja productividad, inundaciones recurrentes y servicios sociales débiles.
Mozambique (668 USD): posguerra civil, insurgencia en el norte y corrupción; el gas y la minería impulsarán el PIB, pero con escaso efecto derrame.
Níger (672 USD): clima desértico, alta fertilidad, amenazas extremistas, golpe de 2023 y sanciones (ya levantadas) que mermaron la ayuda internacional.
RD Congo (708 USD): riqueza mineral (cobalto) vs. conflictos en el este (M23), corrupción y servicios públicos muy débiles, pese a grandes inversiones en infraestructuras.
Somalia (729 USD): fragmentación política, terrorismo, sequías e inundaciones; se beneficia de apoyo internacional y misiones de paz.
Liberia (806 USD): dos guerras civiles, golpe sanitario del ébola y un sistema educativo insuficiente; el FMI y la minería respaldan el crecimiento previsto.
Mali (909 USD): dependencia del algodón y el oro, desertificación, insurgencias y golpes (2020–2021), con retirada de tropas extranjeras.
Chad (930 USD): productor de petróleo con escasa traslación social por corrupción e inestabilidad; inundaciones graves en 2024 y posición sin salida al mar.
Burkina Faso (964 USD): agricultura vulnerable al clima, insurgencia en el Sahel y dos golpes en 2022; el oro dará algo de oxígeno a corto plazo.
Gambia (980 USD): economía poco diversificada (turismo, frutos secos), legado de debilidad institucional; estabilidad reciente podría atraer inversión.
Sudán (1009 USD): conflictos crónicos, pérdida de renta petrolera desde 2011 y guerra civil desde 2023 con fuerte contracción del PIB.
Guinea-Bissau (1057 USD): golpes recurrentes, tránsito de narcotráfico y dependencia de anacardos; apoyo del FMI e inversión en infraestructuras sostienen el crecimiento previsto.
Ruanda (1061 USD): gran avance desde 1994, buen clima institucional, pero pobreza rural persistente y exposición a la inestabilidad en la vecina RDC.
Nigeria (1063 USD): paradoja petrolera: riqueza sin inclusión por mala gestión y cortes de electricidad e inseguridad; reformas avanzan, pero los cuellos de botella frenan el PIB.
Otros listados relevantes y por qué difieren
Una entidad financiera destacó que en 2023 el PIB per cápita mundial (a precios corrientes) rondaría los 13.920 USD, con 123 países por debajo. En su top-20 de países más pobres por PIB per cápita en euros, situó a Burundi (~280 €) al frente, seguido por Sierra Leona (~430 €), Malawi (439 €), Rep. Centroafricana (469 €), Madagascar (491 €), Somalia (511 €), Sudán del Sur (518 €), Níger (522 €), Mozambique (526 €) y Eritrea (636 €).
En ese mismo compendio se llegó a afirmar que Burundi tendría ~179 € por habitante, diferencia que obedece a metodologías, tipos de cambio y años base distintos. Estas discrepancias son habituales cuando se comparan fuentes, monedas y cortes temporales.
Otro enfoque listado como “los 25 países más pobres en base al PIB” usa el PIB total (no per cápita), lo que prioriza economías pequeñas, sobre todo islas. Se indicaban, con cifras de 2017–2018, Tuvalu (35 M €), Nauru (101 M €), Kiribati (165 M €), Islas Marshall (184 M €), Palaos (275 M €), Estados Federados de Micronesia (321 M €), Santo Tomé y Príncipe (348 M €), Tonga (403 M €), Dominica (440 M €), Comoras (574 M €), San Vicente y las Granadinas (695 M €), Samoa (744 M €), Vanuatu (779 M €), San Cristóbal y Nieves (878 M €), Granada (998 M €), Islas Salomón (1.154 M €), Guinea-Bisáu (1.195 M €), Seychelles (1.326 M €), Antigua y Barbuda (1.342 M €), Gambia (1.369 M €), San Marino (1.499 M €), Cabo Verde (1.572 M €), Santa Lucía (1.602 M €), Belice (1.649 M €) y Rep. Centroafricana (1.726 M €).
Ese mismo artículo recogía también un ranking por PIB per cápita en euros (FMI 2017–2018): Sudán del Sur (208 €), Burundi (258 €), Malawi (300 €), Níger (335 €), Rep. Centroafricana (370 €), Mozambique (376 €), Madagascar (398 €), Somalia (423 €), RD Congo (444 €), Sierra Leona (448 €), Afganistán (504 €), Togo (540 €), Uganda (546 €), Burkina Faso (570 €), Chad (588 €), Corea del Norte (603 €), Liberia (614 €), Etiopía (639 €), Gambia (651 €), Ruanda (663 €), Guinea-Bisáu (703 €), Comoras (706 €), Tayikistán (709 €), Guinea (729 €) y Benín (732 €).
Pobreza infantil en países de renta alta y media-alta
El centro Innocenti de UNICEF analizó 39 países de la UE y la OCDE y halló progresos, pero con margen enorme de mejora: las transferencias y ayudas directas a familias redujeron a la mitad la pobreza infantil al menos en 10 países.
En cuatro, incluida España, la protección social apenas recorta la pobreza infantil en menos de una cuarta parte. Con renta per cápita similar a Eslovenia, España registra una tasa del 28% frente al 10% esloveno, diferencia que interpela a la eficacia de las políticas.
África crece, pero el progreso se atasca para los más pobres
Las previsiones del FMI apuntan a un crecimiento del 4% en África en 2025, por encima de la media mundial. Aun así, factores como el aumento poblacional (>2% anual en muchos países), el clima extremo, la inseguridad y nueve golpes de Estado en el continente desde 2020 han lastrado el bienestar por persona.
Somalia, Sudán del Sur, República Centroafricana y Níger ilustran la paradoja de recursos abundantes y pobreza crónica. La ausencia de gobernanza democrática sólida —captura del Estado por élites y militares, a veces con apoyos externos— impide que la riqueza se traduzca en derechos y oportunidades.
Donde hay instituciones fuertes y rendición de cuentas, los avances llegan. Botsuana y Cabo Verde son ejemplos africanos donde estabilidad y calidad institucional han apoyado el desarrollo humano.
Más allá de los listados, algunos recursos incluyen mapas interactivos y lecturas relacionadas (por ejemplo, países más ricos, desempleo comparado o HIPC) que ayudan a entender el rompecabezas del desarrollo.
Qué hacen las organizaciones sobre el terreno y cómo apoyar
UNICEF tiene presencia en 190 países y territorios, con respuestas antes, durante y después de emergencias en salud, nutrición, educación, agua y protección infantil.
Hoy, 1 de cada 4 niños vive expuesto a conflictos, desastres u otras crisis. Las empresas y la ciudadanía pueden apoyar mediante donaciones puntuales o recurrentes, activación de campañas y transferencia de conocimiento técnico, también a través de fondos flexibles que agilizan respuestas donde no llegan los focos mediáticos.
Desde la sociedad civil, entidades como Manos Unidas trabajan en 33 países africanos. En la última década han impulsado 2.457 proyectos de educación, salud, agua, seguridad alimentaria, igualdad de género y derechos humanos, alcanzando a más de 9,5 millones de personas, además de responder a crisis climáticas, violencia y hambrunas.
La foto completa emerge al combinar métricas (IDH, PIB per cápita, IPM y RNB), al atender las particularidades de cada país y al reconocer el papel de la gobernanza y de las respuestas humanitarias; las cifras ayudan a priorizar, pero la verdadera diferencia la marcan instituciones inclusivas, políticas eficaces y apoyos sostenidos que lleguen a las personas más vulnerables.