Principios contables en España: guía completa con ejemplos y aplicaciones

Última actualización: octubre 6, 2025
  • Los 6 principios del PGC garantizan imagen fiel y comparabilidad.
  • Devengo y prudencia exigen registrar en el periodo correcto y reconocer riesgos.
  • No compensar partidas y mantener uniformidad asegura transparencia.
  • En conflicto, prima lo que mejor refleje la realidad económica.

Principios contables en España

Entender los principios contables es clave para que las cuentas de una empresa reflejen una fotografía fiable de su actividad, y para que directivos, propietarios e inversores tomen decisiones con fundamento. En España, el Plan General de Contabilidad (PGC) fija el marco sobre el que se elabora la información financiera, de forma que esta sea comparable, clara y útil para quien la consulta.

Más allá de la técnica, estos principios tienen impacto directo en el día a día: cuándo registrar un ingreso, cómo provisionar un riesgo o por qué no se pueden netear partidas que “se anulan” entre sí. Si eres administrador, autónomo o inversor que sigue un enfoque fundamental, conocer estas reglas te ayuda a valorar mejor un negocio y a detectar incoherencias que puedan distorsionar la imagen fiel que exigen las normas.

¿Qué son los principios contables en España?

Los principios contables son el conjunto de pautas básicas que guían la preparación de la contabilidad y de las cuentas anuales. En el PGC se recogen como normas de referencia obligatoria que garantizan la transparencia y la coherencia de la información, y se aplican tanto en el registro diario como en la formulación de estados financieros.

En nuestro entorno, su fundamento no solo está en el PGC: también beben del Código de Comercio, de la normativa mercantil, de las disposiciones del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) y, en su caso, de criterios internacionales (NIIF/IFRS) cuando resultan aplicables. Todo este armazón persigue que la contabilidad muestre con rigor el patrimonio, la situación financiera y el resultado de la empresa de forma que se preserve la comparabilidad entre ejercicios y entidades.

La consecuencia práctica es clara: estos principios se exigen a cualquier empresa, grande o pequeña, y se extienden al registro y valoración de elementos patrimoniales, a la presentación de estados y a la memoria que los acompaña. No es un “manual de estilo”; son reglas de obligado cumplimiento.

Además, cuando se publican las cuentas en el Registro Mercantil (en el caso de sociedades), estas pasan a ser accesibles para terceros, de modo que la aplicación correcta de los principios afecta a la credibilidad de la empresa frente a bancos, proveedores, inversores y administraciones públicas.

Normativa contable española

Objetivo y utilidad: imagen fiel y toma de decisiones

Todo el sistema gira alrededor de un objetivo: que las cuentas anuales expresen la imagen fiel del patrimonio, la situación financiera y los resultados. Para ello, la información debe presentarse con claridad y de manera sistemática, sin sesgos que oculten riesgos ni inflen beneficios.

Para inversores que aplican enfoques de value investing, la comprensión de estos principios es oro puro. Permite ajustar valoraciones cuando se sospecha que hay cobros dudosos, comparar ratios con criterios homogéneos o interpretar provisiones y deterioros que, bien aplicados, revelan la calidad de los beneficios y no solo su cuantía.

También los administradores tienen responsabilidad directa: son quienes firman las cuentas y responden de su veracidad. Conocer cuándo procede un cambio de criterio, cómo justificarlo en la memoria y qué impacto tiene en la comparabilidad es esencial para el cumplimiento normativo.

Por último, desde una óptica de gestión, la correcta aplicación de los principios ayuda a la planificación. Periodificar gastos, reconocer ingresos en el periodo correcto o contabilizar riesgos en tiempo y forma permite evaluar márgenes y cash flow operativo sin distorsiones.

Imagen fiel y toma de decisiones

Los seis principios contables del PGC

En el marco español rigen seis principios nucleares: empresa en funcionamiento, devengo, uniformidad, prudencia, no compensación e importancia relativa. Cada uno tiene su papel y, juntos, forman una guía que evita arbitrariedades y favorece la comparabilidad interanual.

Listado de principios del PGC

1) Empresa en funcionamiento

Se parte del supuesto de que la compañía continuará operando en un horizonte previsible; por tanto, sus activos y pasivos se miden pensando en la continuidad, no en la liquidación. Esto significa que no se pretende estimar cuánto valdría venderlo todo mañana, sino la actividad normal del negocio.

Implicaciones prácticas: si no existen indicios serios de disolución, los criterios de valoración se mantienen bajo esa premisa. Si surgieran dudas significativas sobre la continuidad (por ejemplo, tensiones de liquidez severas o pérdida de mercado estructural), habría que revelarlo en la memoria y, en casos extremos, cambiar la base de preparación.

Ángulo inversor: el valor de liquidación suele diferir del valor contable, así que cuando una empresa entra en dificultades, el analista debe ajustar cifras y considerar el impacto de ventas forzadas, costes de cierre o deterioros acelerados.

2) Devengo

Los hechos económicos se registran cuando ocurren, no cuando se cobran o pagan. Es decir, un ingreso se reconoce si se ha generado el derecho económico y un gasto si se ha incurrido en la obligación, con independencia de la corriente monetaria.

Aplicación típica: periodificar seguros anuales, registrar gastos devengados sin factura a cierre o diferir ingresos de proyectos por hitos. Así, cada ejercicio recoge únicamente lo que realmente le corresponde, evitando trasladar resultados entre años para “maquillar” la cuenta de pérdidas y ganancias.

Riesgo a vigilar: el devengo sin cobro efectivo puede inflar beneficios si no se evalúa la recuperabilidad. Por eso, reconocer ingresos va de la mano con analizar posibles insolvencias y dotar provisiones cuando proceda.

3) Uniformidad

Elegido un criterio contable entre las opciones permitidas (por ejemplo, método de amortización o sistema de valoración de existencias), debe mantenerse en el tiempo para conservar la comparabilidad. Solo si cambian los supuestos que justificaron la elección inicial, puede modificarse, explicando con detalle en la memoria el motivo y el efecto cuantitativo y cualitativo.

Ejemplo claro: si una empresa pasa de amortización lineal a un método acelerado por obsolescencia tecnológica, debe justificar por qué ahora refleja mejor el patrón de consumo del activo y cuantificar cómo impacta en el resultado y en el balance.

4) Prudencia

Ante la incertidumbre, mejor no anticipar triunfos: se contabilizan los beneficios cuando están efectivamente obtenidos al cierre y se reconocen los riesgos tan pronto como se conocen, sean del ejercicio en curso o de anteriores. La prudencia, no obstante, no permite introducir sesgos sistemáticos que desvirtúen la imagen fiel.

Casos habituales: provisiones por litigios probables, deterioros de clientes dudosos, ajustes por caída del valor recuperable de existencias o activos. También implica no reconocer ingresos “probables” sin que se hayan cumplido las condiciones que los hacen exigibles.

5) No compensación

Las partidas de activo y pasivo, así como las de ingresos y gastos, no se compensan entre sí salvo que una norma lo autorice expresamente. Cada componente debe valorarse por separado: no es válido restar “lo que me deben” de “lo que debo” y mostrar solo la diferencia.

Ilustración práctica: no se puede netear el gasto financiero de un préstamo con el ingreso por intereses de un depósito en el mismo banco; ambos deben recogerse independientemente. Esto aporta visibilidad a la estructura de financiación y a la generación de ingresos.

6) Importancia relativa

Permite flexibilizar la aplicación estricta de los principios cuando el impacto de hacerlo de forma diferente sea insignificante y no altere la imagen fiel. Dicho de otra manera: no conviene cargar a la contabilidad de complejidad innecesaria por cuestiones inmateriales.

Ejemplo típico: agrupar partidas menores de naturaleza similar para simplificar la presentación, siempre que esa agregación no distorsione la lectura. La clave es evaluar tanto el aspecto cuantitativo como el cualitativo antes de acogerse a este principio de materialidad.

Conflictos entre principios y prevalencia de la imagen fiel

Puede ocurrir que, en un caso concreto, dos principios tiren en direcciones distintas. El PGC resuelve esta tensión con una pauta de cierre: en caso de conflicto, ha de prevalecer el criterio que mejor conduzca a que las cuentas expresen la imagen fiel. Esta regla elimina la idea de una jerarquía fija y obliga a razonar, documentar y explicar por qué una elección concreta refleja mejor la realidad económica.

Para la práctica profesional, supone justificar cambios o excepciones en la memoria, con indicación del efecto cuantitativo en balance y resultados. Para quien analiza las cuentas, es una invitación a leer las notas explicativas con atención: a menudo ahí se entienden variaciones relevantes y la calidad de los beneficios.

Cuándo y cómo corregir errores contables

A veces se detectan errores en estados previamente formulados: desde cálculos aritméticos hasta interpretaciones erróneas de hechos o aplicación inadecuada de principios. Si el efecto es significativo, hablamos de errores que comprometen la fiabilidad; las normas internacionales (NIC 8) contemplan cómo corregirlos, incluida la posibilidad de reexpresar comparativos cuando proceda.

En la práctica, la corrección puede implicar ajustes en ejercicios anteriores o el reconocimiento en el periodo actual, según la naturaleza y materialidad. Lo relevante es dejar rastro en la memoria del error, su causa y el impacto, para que los usuarios de la información financiera puedan reconstruir la serie con confianza.

Si la administración detecta registros falsos o ausencias de datos que impiden fiabilidad, los estados pueden devolverse para subsanación. Cuando la autoridad competente deba estimar, existe el riesgo de bases imponibles mal calculadas o incluso sanciones si hubo incumplimiento.

Beneficios de aplicar bien los principios contables

Aplicar correctamente los principios no es solo cumplir; aporta ventajas tangibles. De entrada, favorece el cumplimiento normativo y reduce la exposición a inspecciones y penalizaciones. Pero además, fortalece la confianza con terceros y mejora la capacidad de análisis interno.

  • Cumplimiento legal: coherencia con PGC, Código de Comercio y criterios del ICAC.
  • Transparencia: información clara para inversores, bancos, proveedores y administraciones.
  • Toma de decisiones: indicadores más fiables para planificar, invertir y financiar.
  • Reputación: credibilidad y acceso a mejores condiciones de mercado.

Aclaración útil: compensación contable vs. netting comercial

Conviene distinguir entre no compensar partidas en contabilidad y las liquidaciones cruzadas entre empresas. La norma prohíbe compensar saldos deudores y acreedores en los estados financieros, salvo autorización expresa. Sin embargo, dos partes pueden pactar un netting de facturas a nivel comercial; eso no exime de registrar por separado el cobro y el pago en contabilidad antes de liquidar la diferencia.

Lo que se evita es que, por comodidad, solo se muestre el neto en libros y se pierda visibilidad de la exposición bruta. Mantener las partidas separadas mejora el análisis de riesgo de crédito, los plazos medios de cobro y pago y el control de tesorería en tiempo real.

Ejemplos prácticos para aterrizar los principios

Devengo: compra de mercancía en diciembre con pago en marzo del año siguiente. El gasto corresponde al ejercicio de diciembre; al cierre quedará como deuda hasta su pago.

Uniformidad: cambio del método de valoración de existencias por variación del patrón de consumo. Debe justificarse por qué ahora refleja mejor la realidad y cuantificar el impacto.

Prudencia: reclamación probable de un tercero. Se estima el desembolso y se reconoce una provisión en el pasivo, con cargo a gastos del periodo.

No compensación: intereses devengados de un préstamo frente a intereses de un depósito. Se presentan por separado, evitando restas automáticas que oculten la estructura financiera.

Importancia relativa: agrupación de partidas de bajo importe y naturaleza similar en el balance, siempre que no se desvirtúe la imagen fiel.

Marco normativo y recursos recomendados

Para consulta oficial del Plan General de Contabilidad y sus actualizaciones, es útil revisar el Boletín Oficial del Estado. Aquí tienes el texto consolidado del PGC: PGC en el BOE, una referencia imprescindible para verificar criterios y desarrollos técnicos.

En el ámbito público, la Intervención General de la Administración del Estado dispone de documentación sobre principios contables aplicables al sector público que resulta valiosa para entender diferencias y similitudes con el marco empresarial: Principios contables públicos. Aunque los entornos difieren, la noción de imagen fiel y el tratamiento prudente de la incertidumbre son puntos de contacto relevantes.

Si tuvieses que quedarte con una idea práctica, sería esta: aplica con rigor los seis principios del PGC, documenta bien tus criterios y cambios, y no pierdas de vista que la imagen fiel es el faro que guía cualquier decisión contable. Con esa brújula, tanto la dirección como los inversores navegarán con más seguridad y la empresa ganará en credibilidad y calidad informativa.

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