Ventajas y desventajas de operar en un mercado OTC

Última actualización: octubre 25, 2025
  • El OTC permite negociar de forma bilateral con contratos a medida, a costa de menor transparencia y mayor riesgo de contraparte.
  • Ofrece variedad: acciones no listadas, derivados, divisas y cripto; la liquidez y los costes dependen del intermediario.
  • Elegir un proveedor regulado, revisar comisiones y probar en demo reduce riesgos operativos y de ejecución.

Mercado OTC y negociación extrabursátil

Buena parte del ecosistema financiero se mueve en bolsas centralizadas como NYSE o NASDAQ, con normas, horarios y requisitos comunes; sin embargo, existe un universo paralelo en el que las operaciones se cierran directamente entre partes. Ese universo es el de las operaciones over the counter, u OTC, donde la compraventa se pacta de forma bilateral, sin pasar por una plataforma única ni por una cámara de compensación, lo que aporta flexibilidad, variedad y también riesgos específicos.

Si te atrae la idea de negociar activos fuera del circuito tradicional, conviene conocer sus reglas no escritas. En el OTC las condiciones se acuerdan una a una, la transparencia es menor y la liquidez puede variar mucho según el activo. Elegir bien al intermediario, entender los costes, y valorar tu tolerancia al riesgo es clave para evitar sorpresas. En esta guía verás en detalle qué es el OTC, cómo funciona, en qué se diferencia de un mercado organizado y cuáles son sus ventajas, desventajas y usos reales.

¿Qué es y cómo funciona el mercado over the counter (OTC)?

El trading OTC consiste en negociar instrumentos financieros fuera de las bolsas organizadas. En lugar de cruzar órdenes en un libro central, dos partes (generalmente a través de intermediarios especializados) se ponen de acuerdo sobre precio, tamaño, vencimiento y demás condiciones del contrato. No hay un parqué físico: todo ocurre en una red descentralizada de dealers, brókeres y mesas OTC conectadas por vías telemáticas.

Este esquema permite negociar activos muy diversos (acciones no listadas, derivados, divisas, deuda, criptomonedas y más) con condiciones a medida. A cambio, la ausencia de un registro central implica menos estandarización y una menor transparencia de precios y volúmenes. Es habitual que el mismo activo se cotice a niveles distintos en diferentes mesas, precisamente por no existir un precio de referencia único.

Operativamente, el flujo típico es sencillo: el interesado envía una solicitud de cotización (RFQ) a uno o varios intermediarios; estos responden con precios y cantidades; y, tras comparar, el cliente pacta la operación con la contraparte elegida. Todo queda documentado entre las partes, pero no se publica en un libro de órdenes abierto. Esta dinámica bilateral otorga discreción y capacidad de personalización, dos sellos distintivos del OTC.

Ahora bien, esa personalización conlleva responsabilidad: en ausencia de cámara de compensación, el cumplimiento depende de la solvencia de cada parte. Por ello, la gestión del riesgo de contraparte, las garantías negociadas y la confianza en el intermediario son piezas críticas del engranaje.

Funcionamiento del mercado OTC

Diferencias clave entre OTC y mercados organizados

  • Regulación y supervisión: en una bolsa centralizada, la actividad está fuertemente regulada por autoridades financieras; el OTC opera con menor control directo, lo que aporta agilidad pero eleva la necesidad de debida diligencia por parte del inversor.
  • Centralización y estandarización: en mercados organizados, las transacciones se registran y estandarizan; en OTC, precio, tamaño, garantías y otros términos se negocian caso a caso, con contratos hechos a medida.
  • Riesgo de contraparte: en bolsa, las cámaras de compensación mitigan incumplimientos; en OTC no hay esa red de seguridad, por lo que la solvencia de la otra parte y las cláusulas del contrato son determinantes.
  • Horarios y accesibilidad: las bolsas tienen horario; el OTC opera prácticamente 24/5 o 24/7 según el activo, lo que aporta flexibilidad temporal, pero puede implicar menos liquidez en ciertos tramos.
  • Transparencia y descubrimiento de precios: la ausencia de un libro central puede generar dispersión de cotizaciones entre mesas y plataformas, con precios menos comparables.
  • Costes y comisiones: en OTC, los costes dependen del intermediario, del activo y del acuerdo; pueden no existir comisiones de mercado, pero sí spreads y tasas propias de cada mesa.

Diferencias entre OTC y mercados regulados

Instrumentos que se negocian en OTC

Acciones no listadas (OTC)

Se consideran “acciones OTC” todas aquellas que no cotizan en los principales mercados organizados. Muchas startups y compañías emergentes eligen este canal porque la salida a bolsa exige costes y requisitos elevados; por ello, algunos inversores buscan aquí potencial de crecimiento temprano. A cambio, suele haber menos obligación de divulgación de información y mayor volatilidad, dos elementos que suben el listón de la gestión del riesgo.

Dentro de los mercados extrabursátiles de renta variable destacan segmentos con distintos estándares de información. Por ejemplo, OTCQX exige reportes financieros rigurosos y estándares de cotización sólidos; OTCQB mantiene exigencias relevantes pero algo menos estrictas; y el mercado Pink (Mercado Abierto Rosa) presenta requisitos más flexibles, abriendo la puerta a emisores pequeños y especulativos. La elección del segmento importa, porque condiciona transparencia y calidad del flujo informativo.

Derivados OTC

El universo de derivados OTC abarca contratos con un activo subyacente (materias primas, divisas, tipos, índices, etc.) en forma de opciones, futuros/forwards y swaps. La gran diferencia es que, fuera de bolsa, las cláusulas pueden ajustarse a lo que las partes necesiten: fechas, nocionales, colaterales y eventos se personalizan. La cara B es el riesgo de crédito de contraparte, al no existir cámara que garantice el desempeño.

El mercado de derivados extrabursátiles mantiene una trayectoria de crecimiento estable y se proyecta que alcance cifras multimillonarias en la próxima década, con tasas anuales compuestas moderadas. La atracción reside en su capacidad para encajar coberturas y estrategias a medida de tesorerías e inversores. Como pista adicional, si te estás preguntando “qué son los futuros y cómo funcionan”, este tipo de contratos estandarizados existe en bolsa y en entornos OTC similares (o forwards), con diferencias notables en estandarización y gestión del riesgo.

Forex OTC

El mercado de divisas minorista funciona esencialmente OTC: las operaciones se ejecutan entre brókeres de Forex y la red bancaria; las bolsas no intervienen en este engranaje. Los brókeres actúan como intermediarios y, en muchos casos, emisores/custodios de CFD. Sus ventajas: amplitud de pares (incluidos exóticos), disponibilidad casi ininterrumpida y rapidez de ejecución. Sus contrapartidas: variabilidad de spreads según liquidez, horarios y condiciones del bróker.

Para visualizar el spread, piensa en un par X/Y cotizando 1.1111/1.1112: esa diferencia de 0,0001 equivale a 1 pip. Es uno de los principales costes de transacción en Forex y puede ampliarse en momentos de menor liquidez o alta volatilidad.

Criptomonedas en mesas OTC

En cripto, las mesas OTC conectan directamente a compradores y vendedores de grandes bloques, estableciendo precio y volumen de forma bilateral. Esto permite discreción, menor impacto en mercado y condiciones afinadas para operaciones significativas. La dinámica es similar: RFQ, negociación, acuerdo y liquidación. La contrapartida, de nuevo, es la confianza en quien está al otro lado y la necesidad de procesos sólidos de verificación y custodia.

Ventajas de operar en OTC

  • Flexibilidad total en las condiciones: precio, tamaño, vencimiento, garantías y otras cláusulas pueden adaptarse a lo que buscan las partes. Esta elasticidad facilita acuerdos realmente a medida.
  • Amplia variedad de instrumentos: desde acciones no listadas a derivados personalizados, pasando por divisas, deuda y cripto. Esta diversidad permite acceder a nichos y oportunidades que no siempre están disponibles en mercados organizados.
  • Discreción y, a menudo, anonimato: muchas transacciones no se publican en un libro abierto, lo que reduce el impacto de grandes órdenes y preserva la confidencialidad.
  • Costes de mercado potencialmente menores: al no pagar tasas de intercambio ni cuotas de mercado, ciertas operaciones pueden resultar más eficientes. Aun así, el coste real dependerá del spread y tarifas del intermediario.
  • Disponibilidad horaria: numerosos segmentos OTC operan 24/5 o 24/7, sin los límites de apertura/cierre de las bolsas. Esto facilita ejecutar estrategias en ventanas temporales específicas.
  • Acceso a financiación para emisores: empresas que no cumplen (o no desean asumir) los requisitos de bolsa pueden captar capital en mercados OTC, conectando con inversores que buscan crecimiento temprano.

Desventajas y riesgos del OTC

  • Riesgo de contraparte: sin cámara de compensación, existe la posibilidad de que una parte no cumpla el contrato. La evaluación de solvencia, el colateral y las garantías resultan imprescindibles.
  • Liquidez irregular: muchos activos OTC presentan baja liquidez, dificultando salir rápido a precio justo; esto puede traducirse en slippage y spreads más amplios en momentos delicados.
  • Transparencia limitada: sin un precio único de referencia, pueden existir diferencias entre plataformas y mesas, complicando la comparación de cotizaciones.
  • Riesgo de manipulación: en activos poco seguidos o con poca información, el riesgo de prácticas desleales es mayor que en mercados organizados más vigilados.
  • Estructura de costes variable: los gastos dependen del intermediario y del activo. Conviene revisar comisiones, financiación overnight, coste de inactividad y cualquier otra tasa aplicable.

Cómo entrar al mercado OTC: pasos y criterios prácticos

El acceso no suele ser directo: necesitas un proveedor de operaciones OTC (mesa, bróker o banco) con el que canalizar tus transacciones. Lo primero es revisar su regulación y licencias: trabaja con entidades supervisadas por reguladores fiables y, si operas desde España, comprueba su registro ante la CNMV. Este filtro básico te ahorrará muchos quebraderos de cabeza.

Segundo, examina la reputación: valora la experiencia del proveedor, la calidad de ejecución y las opiniones de la comunidad. Evita “recién llegados” sin historial o referencias sólidas. Un buen intermediario ofrecerá condiciones de trading claras, comisiones competitivas y una gama amplia de instrumentos (cuanto mayor sea el escaparate, más sencillo te resultará diversificar).

Tercero, entiende los costes. Además del spread, existen tasas por financiación nocturna (swap/rollover) si dejas posiciones abiertas de un día a otro, y posibles comisiones por inactividad. Es vital conocer estos importes antes de operar para saber cuándo y por qué te cobran. Y recuerda: el spread en Forex es la diferencia bid/ask; en el ejemplo 1.1111/1.1112, ese 0,0001 es un pip y representa un coste inmediato al abrir la posición.

Cuarto, revisa el servicio. Las cuentas demo son oro para practicar sin riesgo: te permiten comprobar cómo abren/cierra posiciones, cómo funcionan los stop loss y take profit, y cuál es la latencia real de ejecución. Aprecia también la atención al cliente 24/5 o 24/7, sobre todo si vas a operar fuera del horario estándar.

Quinto, evalúa depósitos y garantías. Ten en cuenta los límites de protección al inversor por país: por ejemplo, en EE. UU. la cobertura del fondo de protección alcanza 500.000 dólares; en Reino Unido, 50.000 libras; en Bélgica, Bulgaria y Chipre, 20.000 euros; y en España, 100.000 euros. Además, cada bróker fija un depósito mínimo distinto y exigencias de margen variables según instrumento y perfil.

Sexto, valora la facilidad para retirar fondos. Algunas entidades procesan retiradas con más agilidad que otras. Busca procesos rápidos, claros y sin letra pequeña, de modo que tu dinero no quede “atrapado” más de lo razonable.

Por último, trata el apalancamiento con respeto. Aumenta potencial de beneficio y de pérdida, y no es igual de generoso en todos los instrumentos ni en todos los brókeres. Los CFDs, por ejemplo, son complejos y conllevan un riesgo elevado de perder dinero rápidamente debido al apalancamiento. Plantéate si entiendes cómo funcionan y si puedes asumir el riesgo. No deposites nunca más de lo que estés dispuesto a perder, y recuerda que los clientes profesionales pueden perder más de lo depositado. Algunas compañías, además, restringen el servicio en determinadas jurisdicciones (p. ej., EE. UU. o países sancionados), así que revisa siempre los términos de elegibilidad.

Nota lateral operativa: si navegas por webs del sector, encontrarás avisos de cookies y políticas de privacidad; no afectan a la operativa, pero conviene leerlos para entender cómo se tratan tus datos y cómo se configura la experiencia de usuario.

Ejemplo práctico de una operación OTC de acciones

Imagina una startup del sector de inteligencia artificial, “AI Technologies”, cuyas acciones no están listadas en una bolsa tradicional. Un inversor institucional detecta potencial y quiere entrar. Como no puede ir a un mercado organizado, solicita cotizaciones a varias mesas OTC.

La respuesta típica podría ser algo así: una mesa ofrece 10.000 acciones a 3,20 $ cada una, mientras otra cotiza 35.000 títulos a 2,95 $ por acción. El inversor compara precio, tamaño disponible y condiciones (liquidación, comisiones, garantías) y decide cerrar con la contraparte más conveniente. La operación se liquida bilateralmente y no se publica un precio oficial en un libro abierto.

Este ejemplo resume bien la filosofía OTC: búsqueda de contrapartida, negociación de términos, ejecución directa y discreción. Para el inversor, la clave es haber elegido una mesa fiable, haber comparado precios entre varios proveedores y haber entendido el riesgo de contraparte inherente al acuerdo.

¿Para quién tiene sentido el OTC y qué se espera a futuro?

Las bolsas centralizadas siguen siendo la piedra angular para muchos inversores por su estandarización y seguridad. No obstante, el OTC desempeña un papel enorme en el sistema financiero global: grandes instituciones, fondos y tesorerías corporativas concentran volúmenes relevantes fuera de los mercados organizados, lo que hace que una porción significativa del flujo real pase por canales extrabursátiles.

Las cifras y estimaciones de distintos segmentos OTC (por ejemplo, derivados) apuntan a un crecimiento sostenido con tasas moderadas a largo plazo. En paralelo, se percibe una adaptación continua a nuevas tecnologías (plataformas electrónicas más eficientes, mejores sistemas de mensajería y verificación, custodia reforzada) y a marcos regulatorios actualizados que buscan elevar estándares de transparencia y resiliencia sin matar la flexibilidad que hace valioso al OTC.

¿Deberías usarlo? Para inversores institucionales o sofisticados que buscan activos exóticos, tamaños grandes o contratos a medida, el OTC puede ser el mejor lugar. Para minoristas, los mercados organizados suelen resultar más transparentes y menos arriesgados. En cualquier caso, lo fundamental es entender bien el producto, elegir un intermediario de primer nivel y aplicar una gestión del riesgo disciplinada.

Ámbitos afines: energía y el papel de los futuros

Muchas dinámicas OTC se aplican también al trading energético, donde empresas e instituciones negocian de forma bilateral coberturas sobre electricidad, gas o petróleo. Comprender cómo funciona el intercambio en estos sectores ayuda a valorar la utilidad de tener contratos a medida, ya sea para fijar costes o para gestionar volatilidad de manera precisa.

En cuanto a los futuros, son contratos estandarizados que cotizan en bolsa, aunque existen equivalentes OTC (forwards) con personalización y riesgo de contraparte. Saber cómo se forma el precio, cómo se valora el colateral y cómo se liquida un derivado es básico para operar con criterio tanto en entornos regulados como extrabursátiles.

Reuniendo todas las piezas, el OTC ofrece flexibilidad y amplitud de instrumentos imposibles de encontrar en un único mercado organizado, pero también una responsabilidad mayor a la hora de elegir contrapartes, vigilar la liquidez y medir el riesgo. Si te mueves con cautela, comparas cotizaciones entre mesas, verificas licencias, revisas costes (spreads, swaps e inactividad) y dominas el uso de herramientas como stop loss, gestión del tamaño y apalancamiento prudente, el OTC puede convertirse en un recurso potente dentro de una estrategia bien diseñada.